martes, 8 de noviembre de 2016

Concepto de Cultura Popular

Leer el material que aparece en el siguiente link
http://abacoenred.com/wp-content/uploads/2015/10/Cultura-popular-Definiciones-y-acciones-Rosales-H.-2004.pdf
Seleccionar y justificar la definición que considere mas completa y desarrolle su propia definición de Cultura Popular.

domingo, 6 de noviembre de 2016

El Jazz en Venezuela


https://revistalatinoamericano.wordpress.com/2014/05/08/el-jazz-y-su-influencia-en-america-latina/

https://www.academia.edu/6210449/Aportes_para_el_debate_sobre_el_jazz_en_Am%C3%A9rica_Latina._Desde_el_Latin_Jazz_hacia_el_jazz_latinoamericano
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domingo, 9 de octubre de 2016

Los Métodos de la Antropología

http://www.umar.mx/revistas/10/antropo.pdf
http://www.miuasinaloa.org/wp-content/uploads/2015/07/Harris-Marvin-Antropologia-cultural.pdf

domingo, 2 de octubre de 2016

PRINCIPALES CATEGORÍAS MARXISTAS



ALIENACIÓN
Circunstancia en la que vive toda persona que no es dueña de sí misma, ni es la responsable última de sus acciones y pensamientos. La propiedad privada aliena al hombre porque no lo trata como fin en sí mismo, sino como mero medio o instrumento para la producción.
CAPITAL
Valor que se valoriza. La forma inicial del capital es una masa de dinero cuya utilización en el proceso productivo capitalista permite a su dueño obtener una cantidad mayor que la inicial. El dinero sirve para comprar maquinarias y materias primas por una parte, y fuerza de trabajo por la otra, vale decir capital constante y capital variable.
CLASES SOCIALES
Conjunto de personas con los mismos intereses económicos como consecuencia de relacionarse del mismo modo con los medios de producción. En la sociedad capitalista las dos más importantes son la burguesía y el proletariado.
·         Burguesía: Se agrupa bajo este nombre a la clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de producción social y que emplean trabajo asalariado. La clase burguesa tiene su origen en la sociedad feudal; ella encabezó la revolución anti-feudal y enarboló las banderas de la doctrina liberal.
·         Proletariado: La clase de los trabajadores asalariados moderna, que privados de medios de producción propios deben vender su fuerza de trabajo para poder subsistir.
·         Lumpen: Es un término marxista de origen alemán con el que se designa a la población situada socialmente al margen o debajo del proletariado, desde el punto de vista de sus condiciones de trabajo y de vida, formado por los elementos degradados, desclasados y no organizados del proletariado urbano, así como aquella parte de la población que para su subsistencia desarrolla actividades al margen de la legalidad o en la marginación social (mendicidad, delincuencia, prostitución, etc)
CONCIENCIA DE CLASE
Conocimiento que el proletario tiene de la situación de explotación y alienación en la que vive como consecuencia del modo de producción capitalista.
DICTADURA DEL PROLETARIADO
Momento posterior a la revolución en virtud del cual el proletariado usa de su poder para expropiar a los capitalistas los medios de producción y concentrarlos en manos del Estado. Es una fase de transición al sistema económico propuesto por Marx como sistema económico ideal: el comunismo.
HEGEMONÍA
Es el dominio de una entidad sobre otras de igual tipo. Se puede aplicar a diversas situaciones con el mismo significado: un bloque de naciones puede tener hegemonía gracias a su mayor potencial económico, militar o político, y ejerce esa hegemonía sobre otras poblaciones, aunque estas no la deseen.
IDEOLOGÍA
En sociología se llama ideología a todo conjunto más o menos sistemático de creencias que intentan explicar al hombre y el mundo, a la vez que orientar su conducta a partir de ciertos valores aceptados como correctos.  Según el Marxismo, es un Sistema de representaciones del mundo (filosofía, arte, religión, derecho, moral, que utiliza la clase dominante para legitimar su posición privilegiada frente a las clases oprimidas. Para Marx el concepto de ‘ideología’, es la conciencia falsa que alguien tiene respecto de un ente o hecho. Un ejemplo de falsa conciencia es la adopción de la ideología burguesa por un trabajador asalariado. Esto también puede expresarse diciendo que ese trabajador carece de conciencia de clase, ya que adopta una visión del mundo que no concuerda con sus intereses individuales y de clase, sino con los intereses de clase de la burguesía.
LUCHA DE CLASES
Es un fenómeno que se refiere al eterno conflicto entre las dos clases sociales existentes, entre los que producen y los que no producen, entre los que sin trabajar se adueñan de la producción y excluyen a los que trabajan, entre explotadores y explotados; históricamente entre amos y esclavos, patricios y plebeyos, terratenientes y campesinos, burgueses y proletarios, ricos y pobres, entre depredadores y presa.
MATERIALISMO
El materialismo afirma que sólo existen sustancias corpóreas, que el mundo natural puede explicarse a partir de sí mismo, sin referencia alguna a un principio explica­tivo exterior como Dios. El materialismo defiende el ateísmo y considera que la vida anímica y la conducta humana no son manifestaciones de una supuesta substancia espiritual o alma sino del cuerpo, particularmente del cerebro.
Como teoría filosófica, el materialismo se opone:
·         al idealismo, para el que la materia es un producto de la mente o espíritu;
·         al espiritualismo que considera imposible reducir el espíritu a materia.

MATERIALISMO DIALÉCTICO
La dialéctica histórica fue formulada por Hegel en el siglo XIX, quien trataba de explicar cómo funcionaba el devenir histórico, es decir, la ley que regía a la historia.
Hegel dijo que el desarrollo histórico se regía por el eterno paso en tres etapas: tesis, antítesis, síntesis. Es así:
El Materialismo Dialéctico no es más que la Ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento.
La dialéctica demuestra como ciencia, que el mundo y todas las cosas están en constante cambio. En el campo de las ciencias sociales, nos dice que cada proceso histórico llega inevitablemente a un punto definido, donde el poder de la vieja clase dominante es aplastado decisivamente y toda la situación cambia de rumbo.
MATERIALISMO HISTÓRICO
Estudio de las leyes generales que explican el desarrollo de las sociedades. Se trata  de explicar por qué se produce, por ejemplo, el paso de la sociedad Comunista primitiva a la sociedad esclavista, de la esclavista a la feudal, de la feudal a la capitalista, de la capitalista a la socialista.
Es una doctrina que explica desarrollos y cambios en la historia humana a partir de factores prácticos, tecnológicos y materiales, en especial el modo de producción y las limitaciones que éste
MERCANCIA
Objeto producido en la sociedad capitalista dotado de valor de uso y valor de cambio. Marx la define como la “célula económica de la sociedad burguesa”.  El valor de uso de un objeto es su capacidad para satisfacer alguna necesidad humana, y el valor de cambio el valor que un objeto tiene en el mercado y que se mide en dinero, en términos puramente cuantitativos.
MODO DE PRODUCCIÓN
Forma de producir los distintos bienes necesarios para la subsistencia. Los elementos básicos que se tienen en cuenta para caracterizar un modo de producción son el tipo de fuerzas productivas y el tipo de relaciones de producción.
impone al resto los aspectos organizativos (aspecto económico, jurídico, ideológico, político, cultural, social, etc.
La historia es el resultado del modo en que los seres humanos organizan la producción social de su existencia. El materialismo histórico se propone explicar la historia desde la producción práctica de la existencia. La historia no es, para Marx, ni una colección de hechos, como parecían concebirla los empiristas, ni una sucesión de categorías, como la concebían los idealistas; tampoco el resultado de la acción aislada de los considerados "personajes históricos".
PLUSVALIA
Beneficio que obtiene el capitalista con la venta de las mercancías producidas por el trabajador. Las mercancías creadas por el  trabajo tienen valor de uso y valor de cambio, pero el valor de cambio que éstas tienen siempre es superior al valor de cambio que tiene la fuerza productiva que las ha creado (al salario). Aunque añadamos a este último valor otras cantidades como las que puedan corresponder a la amortización de las máquinas usadas en la producción, o los costes financieros que el empresario gasta para llevar adelante su negocio, siempre habrá una diferencia. A esta diferencia se le llama plusvalía y es el beneficio del capitalista. Sin este beneficio no habría sociedad capitalista.



viernes, 23 de septiembre de 2016

PROYECTO DE ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL

PROYECTO DE ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
·         Denominación del Proyecto
·         Naturaleza del proyecto: Qué se quiere hacer
·         Origen y Fundamentación del proyecto: Por qué se quiere hacer, de dónde surgió la idea.
·         Objetivos: Para qué se quiere hacer
·         Localización del proyecto: Dónde  se quiere hacer
·         Delimitación temporal: Cuánto tiempo durará el proyecto
·         Actividades: Cómo se va a hacer
·         Recursos Humanos: Quiénes lo van a hacer
·         Recursos Materiales y Técnicos: Con qué se va a hacer
·         Recursos Financieros: Con qué se va a costear

·         Beneficiarios: A quiénes irá dirigido.

jueves, 22 de septiembre de 2016

DESCRIPCIÓN Y DIAGNÓSTICO DE ENTE SOCIOCULTURAL.
Seleccionar un ente sociocultural, por ejemplo: Dirección de cultura, grupo cultural, centro educativo, deportivo, salud entre otros donde se tenga un público a quien dirigir sus acciones. Para ello hay que describirlo y diagnosticar cuál es la problemática que requeriría de un proyecto de Animación sociocultural hacia la comunidad.
1.- Nombre.

2.- Reseña histórica.

3.- Misión y Visión.

4.- Área de atención.(Salud, deporte, educación, cultura etc)

5.- Actividades que realiza el ente

6.- Estrategias de promoción y difusión.

7.- Tipo de beneficiarios: Sexo, edad, escolaridad entre otros.

8.- Impacto social: Número de personas beneficiadas y resultados o beneficios sociales obtenidos.


Realizar una matriz  FODA para determinar cuál es la problemática en cuanto a participación en las actividades del ente seleccionado.

lunes, 30 de mayo de 2016

GEOPOLÍTICAACUERDOS COMERCIALES REGIONALES.

ACUERDOS COMERCIALES REGIONALES
https://www.wto.org/spanish/tratop_s/region_s/reglnk_s.htm

Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, APTA)

https://es.wikipedia.org/wiki/Foro_de_Cooperaci%C3%B3n_Econ%C3%B3mica_Asia-Pac%C3%ADfico
https://www.direcon.gob.cl/apec/
http://www.acuerdoscomerciales.gob.pe/index.phpoption=com_content&view=category&layout=blog&id=155&Itemid=173

Área de Libre Comercio de las Américas

https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81rea_de_Libre_Comercio_de_las_Am%C3%A9ricas
http://www.americaeconomica.com/zonas/alca.htm
http://www.gestiopolis.com/area-de-libre-comercio-de-las-americas-alca/

Acuerdo Transpacífico de Cooperación económica.
http://www.ictsd.org/bridges-news/puentes/news/el-acuerdo-estrat%C3%A9gico-transpac%C3%ADfico-de-asociaci%C3%B3n-econ%C3%B3mica-una
http://tppabierto.net/que-es-tpp
http://www.sice.oas.org/TPD/TPP/TPP_s.ASP

Unión Europea UE
http://europa.eu.int/
https://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Europea
http://europa.eu/index_es.htm

Organización de Estados Americanos OEA
http://www.oas.org/es/default.asp
https://es.wikipedia.org/wiki/Organizaci%C3%B3n_de_los_Estados_Americanos
http://www.importancia.org/oea.php

Mercado Común del Sur MERCOSUR
http://www.mercosur.int/
http://www.importancia.org/mercosur.php
https://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_Com%C3%BAn_del_Sur

Comunidad Andina (CAN)
http://www.comunidadandina.org/
https://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_Andina
http://www.americaeconomica.com/zonas/can.htm

Comunidad del Caribe CARICOM
http://www.caricom.org/
http://www.americaeconomica.com/zonas/caricom.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Comunidad_del_Caribe

Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América ALBA

http://www.portalalba.org/

https://es.wikipedia.org/wiki/Alianza_Bolivariana_para_los_Pueblos_de_Nuestra_Am%C3%A9rica_-_Tratado_de_Comercio_de_los_Pueblos
http://www.miraicrida.org/ALBA.pdf



domingo, 8 de mayo de 2016

Nuevo Orden Mundial y realidad geopolítica


http://www.contrainfo.com/5841/nuevo-orden-mundial-y-realidad-geopolitica/

Hace 4 siglos que los líderes políticos vienen tratando de crear un orden internacional capaz de regir las relaciones entre las naciones y de evitar las guerras. Aunque el principio de la soberanía de los Estados arrojó resultados, las organizaciones intergubernamentales han reflejado esencialmente la correlación de fuerzas correspondiente a cada momento. En cuanto al ambicioso proyecto estadounidense de Nuevo Orden Mundial, el hecho es que está estrellándose contra las nuevas realidades geopolíticas. 
Si bien la expresión «orden mundial» es de reciente aparición en el discurso político, la idea misma de instaurar un orden mundial, o internacional, data ya del siglo XVII y fue tema de discusión cada vez que se presentaba una posibilidad de organizar la paz y de darle un carácter permanente.Ya en 1603, el rey francés Enrique IV daba a su ministro, el duque de Sully, la tarea de elaborar un primer proyecto. El objetivo era la constitución de una república cristiana que incluyera a todos los pueblos de Europa. Dicha república debía garantizar la preservación de las nacionalidades y cultos y encargarse de resolver los problemas entre esos componentes.
Aquel Gran Empeño incluía una redefinición de las fronteras de los Estados como medio de equilibrar el poderío de los mismos y la creación de una Confederación Europea de 15 miembros, con un Consejo supranacional que debía disponer de poder de arbitraje y de un ejército capaz de garantizar la defensa de la Confederación contra los turcos.
El asesinato de Enrique IV interrumpió aquel sueño, que no resurgió ya hasta el final de las guerras desatadas por Luis XIV. El abate Saint-Pierre dio a conocer por entonces su Projet pour rendre la paix perpétuelle entre les souverains chrétiens [En español, “Proyecto para perpetuar la paz entre los soberanos cristianos”. Nota del Traductor.].
El asesinato de Enrique IV interrumpió aquel sueño, que no resurgió ya hasta el final de las guerras desatadas por Luis XIV. El abate Saint-Pierre dio a conocer por entonces su Projet pour rendre la paix perpétuelle entre les souverains chrétiens [En español, “Proyecto para perpetuar la paz entre los soberanos cristianos”. Nota del Traductor.].
Aquel plan, que fue presentado al Congreso de Utrecht (en 1713), consistía en adoptar íntegramente todas las decisiones tomadas en aquel encuentro como base definitiva para el trazado de las fronteras entre los países beligerantes y en la creación de una liga de las naciones europeas (una federación internacional) que se encargaría de prevenir los conflictos.
Independientemente de la mencionada utopía, lo más importante de aquella época fue, por supuesto, los Tratados que hicieron posible la Paz de Westfalia, firmados en 1648, al cabo de una guerra de 30 años, guerra que se libró bajo estandartes religiosos, dando lugar a una gran acumulación de odio, y en la que pereció el 40% de la población.
Las negociaciones se prologaron durante 4 años (de 1644 a 1648) y finalmente concretaron una igualdad entre todas las partes beligerantes, ya fuesen católicos o protestantes, monárquicos o republicanos.
Los Tratados de Westfalia establecieron 4 principios fundamentales:
1. La soberanía absoluta del Estado-Nación y el derecho fundamental a la autodeterminación política.
2. La igualdad entre los Estados-Naciones en el plano jurídico. En virtud de ese principio, el más pequeño de los Estados se considera igual al más grande, independientemente de su fuerza o su debilidad, de su riqueza o su pobreza.
3. El respeto de los tratados y la aparición de un derecho internacional de obligatorio cumplimiento [O sea vinculante. NdT.].
4. La no injerencia en los asuntos internos de los demás Estados.
Cierto es que esos principios generales no garantizan una soberanía absoluta, que en realidad nunca ha existido. En todo caso, se trataba de principios que deslegitimaban todo acto susceptible de abolir dicha soberanía.
Todos los filósofos vinculados a la política respaldaron esos proyectos. Rousseau exhortó vehementemente a la formación de un Estado único de carácter contractual que debía reunir a todos los países de Europa. En 1875, Kant publicó Para la paz perpetua. La paz es para Kant una construcción jurídica que exige el establecimiento de una ley general aplicable a todos los Estados. El utilitarista inglés Bentham condenó la diplomacia secreta por tratarse de un procedimiento que se separa del derecho. También llamó a la creación de una opinión pública internacional capaz de obligar a los gobiernos a someterse a las resoluciones internacionales y al arbitraje.


La creación de las instituciones reguladoras internacionales
Clemente-Wenceslao de Metternich (1773-1859)
Clemente-Wenceslao de Metternich (1773-1859)
La idea de un orden internacional fue progresando constantemente, basada siempre en las reglas de la soberanía consagradas en los Tratados de Westfalia. Dio lugar al surgimiento de la Santa Alianza, propuesta en 1815 por el Zar Alejandro I, y al proyecto de Concertación europea que propuso, ya en el siglo XIX, el canciller austriaco Metternich como medio de prevenir «la revolución» que en el lenguaje racional político no significa otra cosa que el caos.
Fue a partir de aquel momento que los Estados comenzaron a celebrar cumbres para dirimir problemas sin recurrir a la guerra, privilegiando el arbitraje y la diplomacia.
Fue con ese objetivo que se fundó la Sociedad de Naciones (SDN), al término de la Primera Guerra Mundial. Pero la SDN no fue más que la expresión de la correlación de fuerzas de aquel momento, al servicio de las potencias que habían salido victoriosas de aquella guerra. Sus valores morales eran por lo tanto muy relativos. Fue así como, a pesar de que su supuesto objetivo era resolver los diferendos entre naciones a través del arbitraje y sin recurrir a la guerra, la SDN se declaró competente para supervisar política, económica y administrativamente a los pueblos subdesarrollados o colonizados hasta que estos últimos lograran su autodeterminación, lo cual condujo naturalmente a la legitimación de los mandatos. Al adoptar esa posición, la Sociedad de Naciones encarnó la realidad colonialista.
El carácter artificial de aquella organización quedó demostrado cuando fue incapaz de enfrentar graves acontecimientos internacionales, como la conquista de Manchuria por parte de Japón, la conquista de Abisinia (la actual Etiopía) por parte de Italia y la anexión de la isla griega de Corfú, también por parte de Italia.
Aunque el presidente estadounidense Woodrow Wilson había promovido la idea de León Bourgeois que dio lugar al nacimiento de la SDN, Washington nunca fue miembro de esa organización. Ante las acusaciones de las demás naciones, Japón y Alemania se retiraron de ella, lo cual privó a la SDN de todo valor real.
La ONU, sucesora de la SDN, fue por su parte el reflejo de la Carta del Atlántico, firmada por Estados Unidos y Gran Bretaña el 4 de agosto de 1941, y de la declaración de Moscú, adoptada por los Aliados el 30 de octubre de 1943, anunciando la creación de «una organización general basada en el principio de la igualdad de todos los Estados pacíficos en materia de soberanía». El proyecto se desarrolló durante la Conferencia de Dumbarton Oaks, celebrada en Washington desde el 21 de agosto hasta el 7 de octubre de 1944.
Los principios de la Carta del Atlántico fueron a su vez aprobados en la Conferencia de Yalta (del 4 al 12 de febrero de 1945), antes de su consagración final en la Conferencia de San Francisco (los días 25 y 26 de junio de 1945).
La ideología mundialista se vio entonces encarnada en la ONU, organización que, desde su creación, ha pretendido establecer un sistema de seguridad colectiva para todos, incluyendo a los Estados que no pertenecen a ella. En realidad, la ONU no es una sociedad contractual entre iguales –como tampoco lo fue la SDN– sino el reflejo de la correlación de fuerzas del momento, a favor de los vencedores del momento.
Aún así, el mundo entero se sometió a aquella voluntad.
Esta organización, supuestamente mundial, no era en la práctica otra cosa que la expresión de la voluntad de dominación de las potencias victoriosas, en detrimento de la voluntad –ignorada– de los pueblos.
Esta realidad geopolítica se confirmó en el momento de la creación del Consejo de Seguridad de la ONU al que pertenecen, con la categoría de miembros permanentes, las cinco grandes potencias (las potencias vencedoras) y otros miembros no permanentes electos en función de criterios geográficos, que implican una subrepresentación de África y Asia.
La ineficacia de ese sistema se hizo patente durante la guerra fría. El conflicto entre las dos grandes potencias afectó a las pequeñas, que tuvieron que soportar todas las consecuencias de dicho conflicto, tanto en el plano local como a escala regional.
Esta estructuración de los papeles de las partes se reflejaba abiertamente en el funcionamiento de la ONU, tanto en lo tocante a los pedidos de adhesión como en el tratamiento de los conflictos, como pudo comprobarse en los casos de Palestina y de Corea, en la nacionalización del petróleo iraní, en la crisis del canal de Suez, en las ocupaciones israelíes, en Líbano, etc.
Al crearse la ONU se proclamó «la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional». Pero el sistema del veto ha privado a las demás naciones del derecho a ser actores en condiciones de igualdad.
En definitiva, las instituciones internacionales han sido siempre un reflejo del equilibrio entre las potencias, lo cual está muy lejos de toda idea de justicia en el sentido filosófico o moral.
El Consejo de Seguridad de la ONU es en realidad un directorio mundial (continuador del que había instalado Matternich), que reserva exclusivamente a los Aliados, vencedores en la Segunda Guerra Mundial, la posibilidad de imponer resoluciones, en vez de poner ese derecho en manos de quienes trabajan a favor de la paz.
Después de la desaparición de la Unión Soviética era crucial haber cambiado el sistema internacional.
Estados Unidos rediseña las relaciones internacionales


Fue en ese momento que los discípulos de Leo Strauss triunfaron en Estados Unidos, con ayuda de los periodistas neoconservadores. Según ellos, la sociedad se divide en tres castas: los sabios, los señores y el pueblo. Los sabios son los únicos que conocen la verdad, de la cual sólo revelan una parte a los políticos (los señores), mientras que el pueblo tiene que someterse a sus decisiones. Los discípulos de Leo Strauss han seguido promoviendo sus ideas y llamando constantemente a la abrogación de los Tratados de Westfalia, lo cual implica el abandono del respeto de la soberanía de los Estados y la anulación del principio de no injerencia en sus asuntos internos. Para lograr imponer la hegemonía occidental han inventado un «derecho de injerencia humanitaria» y una «responsabilidad de proteger» que supuestamente tendrían los sabios, cuya ejecución estaría en manos de los señores y que habría que imponer a los pueblos. En lo que constituye una revisión del vocabulario de la Segunda Guerra Mundial, han llamado también a reemplazar la «resistencia» por la negociación.
En 1999, los llamados de los neoconservadores encontraron eco en varios países occidentales, principalmente en el Reino Unido y Francia. Tony Blair presentó el ataque de la OTAN contra Kosovo como la primera guerra humanitaria de la historia. En un discurso pronunciado en Chicago, Blair afirmó que el Reino Unido no estaba tratando de defender sus intereses sino que estaba promoviendo valores universales. Tanto Henry Kissinger como Javier Solana (por entonces secretario general de la OTAN y no de la Unión Europea) saludaron calurosamente aquella declaración de Blair. Poco después, la ONU nombraba a Bernard Kouchner como administrador de Kosovo.


No hay diferencia notable entre la teoría de los straussianos y la de los nazis. En Mein Kampf, Hitler ya arremetía contra el principio de soberanía de los Estados, consagrado en los Tratados de Westfalia.
Esta visión del mundo se ha impuesto ya en el plano económico con el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde su creación misma, esas instituciones se empeñaron en inmiscuirse en las políticas económicas, presupuestarias y financieras de los Estados, sobre todo de los más pobres y vulnerables. Algunos Estados árabes han sufrido las consecuencias de sus consejos en materia de liberalización económica, de privatización del sector público, de venta de los recursos naturales a precios irrisorios.
Washington estuvo indeciso sobre la conducta a seguir después de la desaparición de la URSS. Estados Unidos reafirmó poco a poco su categoría como única superpotencia, incluso como «hiperpotencia» según la expresión del francés Hubert Vedrine. Desde entonces, Estados Unidos ha considerado obsoleto el sistema de la ONU heredado de la Segunda Guerra mundial. Pero no se ha limitado a desinteresarse de la ONU sino que incluso ignora sus obligaciones financieras para con esa organización, no ratificó el Protocolo de Kioto, se negó a aceptar el Tribunal Penal Internacional y ha humillado a la UNESCO en varias ocasiones.
Los conceptos surgidos de la Segunda Guerra Mundial fueron barridos por los atentados del 11 de septiembre de 2001. La Estrategia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos de América, publicada por el presidente George W. Bush el 20 de septiembre de 2002, proclama un nuevo derecho: «la acción militar preventiva contra los Estados renegados».
La estrategia estadounidense incluye un radical giro conceptual.
La noción de resistencia, surgida de la resistencia francesa contra la ocupación nazi, se ve deslegitimada para favorecer una exigencia de solución de los conflictos a través de la negociación, sin que se tengan en cuenta los derechos inalienables de las partes. Al mismo tiempo, la noción de terrorismo –que nunca ha llegado a definirse en derecho internacional– ha sido utilizada para deslegitimar a todo grupo armado en conflicto con un Estado, sin tener en cuenta las causas de ese conflicto.
Abrogando las leyes de la guerra, Washington volvió a poner de moda los «asesinatos selectivos», práctica que había abandonado después de la guerra de Vietnam pero que Israel ya estaba aplicando desde hace más de una década. Según los juristas de Washington, los «asesinatos selectivos» no son propiamente «asesinatos» sino «homicidios en defensa propia», a pesar de que no existe en esos casos ni necesidad de protegerse, ni concomitancia entre la amenaza y la reacción, ni una justa proporción entre la respuesta y la supuesta amenaza.
La injerencia humanitaria y la responsabilidad de proteger se ponen por encima de la soberanía de los Estados.
Y, finalmente, aparece la noción de Estados renegados.


Los 4 criterios utilizados para definir a los llamados Estados renegados caen ampliamente en el terreno de la suposición, esencialmente en cuanto a las intenciones de esos Estados:
Sus dirigentes oprimen a la población y saquean sus bienes.
No respetan las leyes internacionales y constituyen una amenaza permanente para sus vecinos.
Apoyan el terrorismo.
Odian a Estados Unidos y los principios democráticos de ese país.
Diez años después de la desaparición de la URSS, Estados Unidos emprende su rediseño de las relaciones internacionales. En lo tocante al Medio Oriente, el filosofo neoconservador Bernard Lewis y su discípulo Fuad Ajami enuncian los principales objetivos: acabar con el nacionalismo árabe golpeando a los regímenes tiránicos que cimentaron el mosaico tribal, confesional y religioso. La destrucción y el desmembramiento de los Estados de esta región conducirán al «Caos constructor», una situación incontrolable en la que desaparece toda forma de cohesión social y el hombre vuelve a su estado primitivo. Esas sociedades volverán así a una etapa prenacional, por no decir prehistórica, que dará lugar al surgimiento de micro Estados étnicamente homogéneos y fatalmente dependiente de Estados Unidos. Uno de los líderes straussianos, Richard Perle, afirmaba que después de las guerras en Irak y Líbano vendrían otras, en Siria y en Arabia Saudita, que acabarían en una apoteosis en Egipto.
Tres etapas
En todo caso, la construcción de este Nuevo Orden Mundial ha pasado por varias etapas.
1. De 1991 a 2002 se produce una etapa de indecisión. Washington no se decide a reafirmarse como única superpotencia y a decidir unilateralmente el destino del mundo. Aunque duró más de un decenio, esta etapa no es más que un breve momento a escala histórica.
2. Desde 2003 hasta 2006, Washington trata de aplicar a toda costa la teoría del «Caos constructor» para extender así su propia hegemonía. Desató así dos guerras: una en Irak, donde usó sus propias tropas, y otra en Líbano, a través de un contratista. La derrota israelí de 2006 interrumpió temporalmente el proyecto estadounidense. Rusia y China recurrieron entonces por 2 veces a su derecho de veto (sobre Myanmar y Zimbabue) como para confirmar tímidamente que estaban de regreso en la escena internacional.
3. En el periodo que va de 2006 al momento actual, el sistema unipolar cedió espacio a un mundo no polar. Se dispersó el poderío. China, la Unión Europea, la India, Rusia y Estados Unidos representan a más de la mitad de los habitantes del planeta, poseen el 75% del PIB mundial y efectúan el 80% de los gastos militares. Este estado de cosas justifica, en cierta medida, un funcionamiento multipolar debido a la competencia que se desarrolla entre estos polos.
La nebulosa de un mundo no polar
Lo más importante es que esas potencias se ven ante desafíos que vienen tanto de arriba (las organizaciones regionales y mundiales) como de abajo (de las milicias, las ONGs y las transnacionales). El poderío está presente, al mismo tiempo, en todas partes y en ningún sitio, en varias manos y en varios lugares.
Además de las seis grandes potencias mundiales existe una gran cantidad de potencias regionales. En Latinoamérica se puede mencionar los casos de Brasil, más o menos de Argentina, de Chile, México y Venezuela. En África, se pueden mencionar Nigeria, Sudáfrica y Egipto. En el Medio Oriente tenemos a Irán, Israel y Arabia Saudita. También están los casos de Pakistán, en el sudeste de Asia; y los de Australia, Indonesia y Corea del Sur, en el Asia oriental y en el oeste del Pacífico.
Numerosas organizaciones intergubernamentales aparecen también en ese listado de fuerzas: el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la propia ONU, y organizaciones regionales como la Unión Africana, la Liga Árabe, la ASEAN, la Unión Europea, el ALBA, etc. Y no podemos olvidar la existencia de clubes como la OPEP (la Organización de Países Exportadores de Petróleo).
Hay agregar también a ese listado ciertos Estados que a su vez son parte de Estados-Naciones, como el Estado de California, en Estados Unidos, y el de Uttar Pradesh [el Estado más poblado de la India] e incluso ciudades como Nueva York y Shanghai.
También están las empresas transnacionales, sobre todo las vinculadas a sectores como la energía y las finanzas; medios de difusión de alcance global como Al-Jazeera, la BBC y CNN; milicias como el Hezbollah,, el Ejército del Mehdi o los talibanes. A todo lo anterior tenemos que agregar aún partidos políticos, movimientos e instituciones religiosas, organizaciones terroristas, cárteles de drogas, ONGs y fundaciones. La lista es interminable.
Pero la principal concentración de poderío se mantiene en Estados Unidos. Los gastos militares de ese país están estimados en más de 500 000 millones de dólares. Esa cifra puede elevarse en realidad a 700 000 millones si tenemos en cuenta el costo de las operaciones que actualmente se desarrollan en Irak y Afganistán. Con un PIB anual estimado en 14 trillones de dólares, Estados Unidos está considerado como la primera economía del mundo.
Sin embargo, la realidad del poderío estadounidense no puede ocultar la decadencia de Estados Unidos, tanto en valor absoluto como en relación con los demás Estados. Como ha señalado el presidente del Council on Foreign Relations, Richard Haass, el progreso de países como China, Rusia, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos es del orden de un trillón al año. Eso se debe, claro está, al mercado de la energía. Dada la explosión de la demanda de energía de parte de China y de la India, esa cifra está llamada a seguir creciendo. La debilidad del dólar ante la libra esterlina y el euro no sólo provocará la depreciación de la moneda estadounidense ante las divisas asiáticas sino también una posible transformación del mercado del petróleo, que adoptará el pago a través de diferentes divisas, o quizás en euros.
Y cuando el dólar estadounidense deje de ser la moneda de la compra-venta petrolera, la economía de Estados Unidos se volverá vulnerable a la inflación y las crisis monetarias.
Dos mecanismos fundamentales han sostenido el mundo no polar:
Numerosos flujos financieros se han abierto paso fuera de las vías legales y a espaldas de los gobiernos, lo cual tiende a demostrar que la globalización debilita la influencia de las principales potencias.
Los Estados petroleros han utilizado ampliamente esos flujos para financiar en secreto actores no estatales.
Por consiguiente, en un sistema no polar, el hecho de ser el Estado más poderoso del mundo no garantiza el monopolio de la fuerza. Todo tipo de grupos, e incluso de individuos, pueden acumular influencia.
Según el profesor Hedley Bull, las relaciones internacionales han sido siempre una mezcla de orden y caos. Si seguimos la lógica de su teoría, el sistema no polar tiende a volverse cada vez más complejo. Y eso es lo que ha sucedido.
En 2011, la exacerbación de las tensiones alrededor de Libia demostró que el sistema no polar había dejado de ser viable. Aparecieron entonces dos orientaciones que competían entre sí.
La primera es estadounidense. Su objetivo es la construcción de un Nuevo Orden Mundial que corresponda a la estrategia de Washington. Ello supone abolir la soberanía de los países, reconocida desde la época de los Tratados de Westfalia, y reemplazarla por la injerencia humanitaria, a la vez como legitimación retórica y como caballo de Troya del American Way of Life.


La segunda, respaldada por la Organización de Cooperación de Shanghai y los países del BRICS, es chino-rusa. Reclama la preservación de los principios de los Tratados de Westfalia, sin proponer por ello un retroceso. Su objetivo es instaurar una nueva regla del juego, algo basado alrededor de dos núcleos alrededor de los cuales existen cierto número de polos.
Resulta evidente que el control de los recursos, sobre todo de las energías renovables, constituye el paso ideal hacia la creación de un nuevo sistema, cuya aparición se mantiene bloqueada desde 1991.
También está claro que el control del gas y de las vías de transporte constituye el centro del conflicto que hoy se desarrolla en Siria. Es indudable que la polarización de las potencias sobre ese tema sobrepasa en importancia las supuestas causas internas así como la cuestión del acceso a las aguas cálidas o la importancia logística de la base naval de Tartus.
El imperativo energético
La batalla de la energía era el gran negocio de Dick Cheney. La dirigió desde el año 2000 hasta 2008, en claro enfrentamiento con China y Rusia. Es la misma política que se ha seguido aplicando bajo la dirección del propio Barack Obama.
Para Cheney, la demanda de energía aumenta más rápido que la oferta, conduciendo a fin de cuentas a una situación de escasez. La preservación de la dominación estadounidense exige, por lo tanto, en primer lugar el control de las reservas aún existentes de petróleo y gas. Además, y de manera más general, si bien las actuales relaciones internacionales están estructuradas en función de la geopolítica del petróleo, lo que realimente determina el ascenso o la caída de un Estado es el aprovisionamiento. Estos razonamientos sirven de base al plan de 4 puntos de Cheney:
Estimular, a cualquier precio, toda producción local a través de vasallos como medio de reducir la dependencia estadounidense de cualquier proveedor que no sea su amigo, para ampliar así la libertad de acción de Washington.
Controlar las exportaciones de petróleo desde los Estados árabes del Golfo, no para acapararlas sino para usarlas como medio de presión sobre los clientes y sobre los demás proveedores.
Controlar las vías marítimas en Asia, o sea el aprovisionamiento de China y Japón no sólo en petróleo sino también en materias primas.
Estimular la diversificación de las fuentes de energía utilizadas en Europa para reducir la dependencia de los europeos en relación con el gas ruso y limitar la influencia política que esa dependencia puede proporciona a Moscú.
Dick Cheney (1941 – )
Así que los estadounidenses se han fijado como principal objetivo su propia independencia energética. Ese era el sentido de la política que Dick Cheney elaboró, en mayo de 2001, al cabo de profundas consultas con los gigantes de la energía. Esa política exige una diversificación de las fuentes: petróleo local, gas domestico y carbón, producción de electricidad con energía hidráulica y con energía nuclear. Exige además un fortalecimiento de los intercambios con sus amigos del hemisferio occidental, sobre todo con Brasil, Canadá y México.
El objetivo secundario es el control del flujo de petróleo en el golfo árabe. Fue esa la principal causa de la operación Desert Storm (en 1991)) y de la posterior invasión de Irak (en 2003).
El plan Cheney se concentró en el control de las vías marítimas: el estrecho de Ormuz (por donde transita un 35% del comercio mundial del petróleo) y el estrecho de Malaca. En este momento, esas vías marítimas siguen siendo esenciales para la supervivencia económica de China, Japón, Corea del Norte e incluso para Taiwán. Ambos corredores permiten el envío de recursos energéticos y materias primas hacia los centros industriales asiáticos y la posterior exportación de los productos manufacturados hacia los mercados mundiales. Al tenerlos bajo su control, Washington garantiza simultáneamente la lealtad de sus principales aliados asiáticos y restringe el creciente poderío de China.
La aplicación de esos objetivos geopolíticos tradicionales llevó a Estados Unidos a reforzar su presencia naval en la zona Asia-Pacífico y a crear una trama de alianzas militares entre Japón, la India y Australia. También con vistas a obstaculizar el progreso de China.
Washington siempre ha considerado a Rusia como un competidor geopolítico. Ha aprovechado cada oportunidad que se ha presentado para reducir el poderío e influencia de Rusia y ve con especial temor la creciente dependencia de Europa occidental del gas natural ruso, dependencia que puede limitar la capacidad de oposición de los países de esa región ante los movimientos rusos en el este de Europa y en el Cáucaso.
Como alternativa, Washington ha empujado a los europeos a aprovisionarse en la cuenca del Mar Caspio, construyendo para ello nuevos gasoductos a través de Georgia y Turquía. Se trataba de evitar el paso por Rusia, con ayuda de Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán, rehuyendo el uso de los gasoductos de Gazprom. Así aparece la idea del gasoducto Nabucco.
Para reforzar la independencia energética de su país, Barack Obama se convirtió de pronto en nacionalista autárcico [Defensor de la autosuficiencia. NdT.]. Estimuló la explotación del petróleo y del gas en el hemisferio occidental, sin importar los peligros que encierran las perforaciones en zonas ecológicamente frágiles, como las aguas frente a las costas de Alaska o en el Golfo de México, ni las posibles consecuencias de las técnicas utilizadas para la producción de energía, como el craqueo del agua [También llamado “separación del agua”, este proceso divide el agua en sus componentes, oxígeno e hidrógeno, y se considera como una posibilidad para la obtención de hidrógeno barato. NdT.].
En su discurso sobre el Estado de la Nación correspondiente a 2012, el presidente Obama declaró con orgullo: «En los 3 últimos años hemos abierto millones de acres de tierra a la prospección en busca de petróleo y gas. Esta tarde he pedido a la administración que abra más del 75% de los recursos petroleros y gasíferos off shore. Ahora, en este momento, la producción estadounidense de petróleo es la más alta de los últimos 8 años. Así es. Desde hace 8 años. Y eso no es todo. El año pasado nuestra dependencia del petróleo extranjero disminuyó y llegó a su nivel más bajo en 16 años.» [1]
Obama mencionó, con particular entusiasmo, la extracción de gas natural por craqueo de esquistos bituminosos: «Tenemos reservas de gas natural que protegen a América por un centenar de años.» [2]
En marzo de 2011, Washington incrementó sus importaciones de Brasil para no seguir recurriendo al petróleo del Medio Oriente.


En realidad, Washington nunca ha dejado de garantizar el control estadounidense sobre las vías marítimas vitales que se extienden desde el estrecho de Ormuz hasta el Mar de la China Meridional, ni de establecer una red de bases y de alianzas que cercan a China –la potencia mundial emergente– formando un arco que va desde Japón hasta Corea del Sur, Australia, Vietnam y Filipinas, por el sudeste, y la India, por el sudoeste. A todo esto se agrega, como colofón, un acuerdo con Australia para la construcción de una instalación militar en Darwin, en la costa norte del país, cerca del Mar de la China Meridional.
Washington trata además de incluir a la India en una coalición de países de la región hostiles a China para sacar a Nueva Delhi del BRICS, en el marco de una estrategia tendiente a cercar a China que despierta gran inquietud en Pekín.
Varios estudios han sacado a la luz una repartición inesperada de las reservas mundiales de gas. Rusia aparece a la cabeza con los 643 trillones de pies cúbicos de la Siberia occidental. En segundo lugar aparece Arabia Saudita, incluyendo el yacimiento de Ghawar, con 426 trillones de pies cúbicos. Viene en tercer lugar el Mediterráneo, con 345 trillones de pies cúbicos de gas, a los que hay que agregar 5 900 millones de barriles de gas líquido y 1 700 millones de barriles de petróleo.
En el caso del Mediterráneo, la parte más importante de esa riqueza se halla en Siria. El yacimiento descubierto en Qara puede alcanzar una producción diaria de 400 000 metros cúbicos, lo que convertiría a Siria en el cuarto productor de la región, después de Irán, Irak y Qatar.
El transporte del gas desde el cinturón de Zagros, en Irán, hacia Europa debe pasar por Irak y Siria, lo cual ha venido a trastornar los proyectos estadounidenses y a consolidar los proyectos rusos (South Stream y North Stream). Sin acceso al gas sirio, Washington no tiene otra salida que tratar de garantizar el gas libanés.
Y sigue la guerra…

LA NUEVA GEOPOLITICA


Michael Klare
http://rcci.net/globalizacion/2003/fg362.htm

La guerra en Irak ha reconfigurado de muchas maneras el panorama geopolítico global, algunas no serán aparentes por muchos años, quizás por décadas. La guerra ciertamente ha alterado las relaciones de EEUU con Europa y el Medio Oriente. Pero su impacto va más allá. Más que nada, la guerra revela que el nuevo eje central de la competencia mundial es el área sur central de Eurasia.

El término “geopolítica” pareciera al principio venir de otra era, de fines del siglo XIX. Por geopolítica o competencia geopolítica quiero significar la contienda entre grandes poderes y aspirantes a ser grandes poderes por controlar territorios, recursos y posiciones geográficas importantes, tales como puertos, anales, sistemas de ríos, oasis, y otras fuentes de riqueza e influencia. Si usted mira hacia atrás, se encontrará con que tal tipo de enfrentamientos ha sido la fuerza dirigente en la política mundial y especialmente del conflicto mundial en gran parte de los siglos recientes.

La Geopolítica, como un modo de análisis, fue muy popular desde finales del siglo XIX y hasta la primera parte del siglo XX. Si usted estudiaba entonces lo que los académicos llaman hoy día relaciones internacionales, habría estado estudiando geopolítica.

La Geopolítica ,como un modo auto-consciente de análisis, se murió en el período de la Guerra Fría, parcialmente debido a los ecos de la aborrecida ideología hitleriana del Lebensraum pero también porque había una cantidad de paralelos entre el pensamiento geopolítico clásico (que provenía de la rama conservadora de la academia) y el pensamiento marxista-leninista, que chocaban con las pretensiones ideológicas de los estudiosos de la Guerra Fría. Por eso, no es una forma de análisis que usted vea enseñar hoy día en la universidades de EEUU.

La Geopolítica fue también una ideología a fines del siglo XIX y comienzos del XX-un conjunto auto-consciente de creencias que guiaban la acción de líderes y elites de las grandes potencias. Era el pensamiento detrás del imperialismo del período, la lógica para la adquisición de colonias con específicas localizaciones geográficas. Los incidentes que llevaron a la Primera Guerra provienen de este modo de pensar, tal como en el incidente de Fashoda (1898) sobre las fuentes del Nilo, que casi llevó a un conflicto entre la Tercera República francesa y la Inglaterra victoriana.

En el caso de los EEUU, llegó a ser la forma de pensamiento dominante en los tiempos de Teddy Roosevelt, y condujo muy conscientemente a la decisión de Roosevelt y sus asociados de hacer de EEUU un imperio. Este fue un proyecto consciente. No fue un accidente. La guerra con España fue un dispositivo intencional por el que EEUU adquiría un imperio. La guerra hispano-americana y la ocupación de las Filipinas fueron seguidas rápidamente por la toma de Panamá, abiertamente justificada por la ideología geopolítica. Para ver cuan auto-consciente era este proceso, recomiendo leer el libro de Warren Zimmermann,First Great Triumph (New York: Farrar, Straus and Giroux, 2002). Son sorprendentes los paralelos con el momento actual.

Después, la ideología geopolítica fue apropiada por Hitler y Mussolini y por los militaristas japoneses, para explicar y justificar su conducta expansionista. Y fue esta conducta expansionista -que amenazó a los intereses geopolíticos de potencias opuestas-lo que llevó a la Segunda Guerra Mundial, no las políticas internas de Alemania, Italia o Japón.

Durante la Guerra Fría esta ideología desapareció en algún grado, a favor de un modelo de competencia ideológica. Esto es, la ideología geopolítica aparecía como inconsistente con justificaciones elaboradas (en que figuraban ampliamente puntos como la “democracia” y “ libertad”) para intervenciones en el tercer mundo.
Pero en realidad, si se estudia la historia de la Guerra Fría, los conflictos abiertos que ocurrieron fueron conscientemente enmarcados por el punto de vista Americano en una orientación geopolítica . EEUU tenía que controlar el Medio Oriente y su petróleo. Esa fue la base de la Doctrina Truman, de la Doctrina Eisenhower y de la Doctrina Carter. Los EEUU tenía que controlar partes de África, por su riqueza minera en cobre, cobalto y platino. Es por eso que EEUU respaldó al régimen apartheid en Sud Africa. Y la razón para las guerras de Corea y de Vietnam fue entendida en los altos niveles en términos del interés de EEUU por el control de la cuenca del Pacífico.

En estos días estamos presenciando un resurgimiento desenfadado de la ideología geopolítica entre los cuadros dirigentes de las grandes potencias, sobre todo en los EEUU. De hecho, la mejor manera de ver lo que está pasando en Irak, y en cualquier otra parte, es bajo el prisma geopolítico. Los líderes americanos se han embarcado en el clásico proyecto geopolítico de asegurar el dominio de EEUU sobre las más importantes áreas de recursos, entendidas como fuentes de poder y de riqueza. Hay una consistencia ideológica en lo que están haciendo, y es proporcionada por este modo geopolítico de pensar.

Quizás pueda preguntarse cuán consciente es todo esto, pero se puede notar este modo de pensar en el discurso público de muchos líderes contemporáneos. Dick Cheney, y especialmente algunos prominentes neoconservadores, pero también Demócratas como Znigniew Brzezinski, hablan de esta manera. Ellos declaran abiertamente que EEUU está trabado en una lucha por mantener su poder frente a otras grandes potencias y que América debe prevalecer.

Ahora, usted puede preguntar--¿qué grandes potencias contendientes? Desde nuestro punto de vista es demasiado obvio que no existe ninguna. Pero si usted lee lo que estos tipos escriben y escucha lo que dicen, encontrará que están absolutamente obsesionados por la emergencia potencial de grandes poderes rivales: Rusia, China, una combinación europea, Japón y aún la India.

Esta es la esencia de la Doctrina Wolfowitz, articulada por primera vez en el Pentágono, en el documento Defense Planning Guidance documento para 1994-1999, filtrado a la prensa por primera vez en Febrero 1992.). Este documento llama a una intervención militar proactiva de los EEUU a fin de paralizar y prevenir el ascenso de un par (o un igual) competidor, y afirma que los EEUU debe hacer todo para impedir que esto ocurra. En su momento, esta declaración fue recibida con tales aullidos de ultraje por los aliados de EEUU, y el Presidente Bush de entonces debió retirar el documento, que fue revisado para sacar este lenguaje.

Pero la doctrina se colgó de los escritos del think-tank de los 90s, reemergiendo como la política militar global oficial de la administración de Bush II. Ahora ha sido incorporada como el principio central del documento conocido como National Security Strategy of the United States of America(September 2002), que se puede bajar del website de la Casa Blanca. Este documento declara explícitamente que el propósito final de la potencia americana es prevenir el ascenso de una gran potencia competitiva, y que los EEUU usará todos los medios necesarios para prevenir que eso ocurra, incluyendo la fuerza militar preventiva cuando sea necesario, pero también mediante aumentos en el gasto militar que ningún competidor pueda jamás sustentar.
Con estos antecedentes, escasamente podría dudarse que el propósito de la guerra de Irak es para redibujar el mapa geopolítico de Eurasia, de modo que asegure un poder americano embebido y dominante en la región frente a la Unión Europea-la competencia potencial.

Demos un paso atrás, por un momento, y regresemos al pensamiento geopolítico clásico de la primera parte del último siglo, particularmente los puntos de vista de Sir Laford Mackinder, de Gran Bretaña. En esta perspectiva se sostenía que Eurasia era la parte más importante -“the heartland”--- del mundo civilizado, y quien quiera que controlara esta “heartland”, por definición controlaba al resto del mundo, por la concentración que había allí de población, recursos, poder industrial. En el pensamiento geopolítico clásico, la política mundial es esencialmente una lucha por quién controla el corazón de Eurasia.

Los estrategos de mediados del siglo XX vieron dos maneras a través de las cuales podía alcanzarse el dominio global. Una era a través de la emergencia de un poder continental (o de una combinación de poderes continentales) que dominaran Eurasia, y con ella, al resto del mundo. Fue precisamente este temor -que una Europa continental controlada por Alemania y Rusia, junto con el Japón-que dominara China y el Sur Este de Asia, emergiera como una gran potencia continental y dominara el “heartland” de Eurasia, reduciendo entonces a EEUU a una situación marginal-lo que galvanizó a los líderes americanos en los comienzos de la Segunda Guerra. Franklin D. Roosevelt estaba hondamente empapado en esta forma de análisis, y es este punto de vista estratégico-ideológico el que gatilló la intervención de EEUU en la Segunda Guerra Mundial.

La otra estrategia de dominio global que perciben los estrategos geopolíticos de principios del siglo XX era el control del “rimland” (las cuencas, los bordes) de Eurasia -esto es, Europa Occidental, la Cuenca del Pacífico y el Medio Oriente-y con esto, contener cualquier emergencia de una potencia en la zona decisiva (la heartland). Después de la Segunda Guerra, los EEU determinó que de facto mantendría presencia militar permanente en todos los bordes de Eurasia. Esto es lo que se llamó “estrategia de contención”. Y fue este punto de vista el que llevó a la formación de la OTAN, del Plan Marshall, la ASEAN, el CENTO y las alianzas militares con Japón y Taiwán. En el transcurso de la mayor parte del tiempo desde la Segunda Guerra Mundial, el foco estuvo en los extremos este y oeste de Eurasia-Europa y el Lejano Oriente.

Lo que está pasando ahora, creo, es que las elites de EEUU han concluido que las “rimlands” de Eurasia. Las del del Asia del Este y la Europea, están bien aseguradas en manos americanas o que son menos importantes, o algo de las dos. El nuevo centro de competencia geopolítica, como lo ven, está en la zona Sur-Centro de Eurasia, comprendiendo el área del Golfo Pérsico, que posee los dos tercios de la riqueza mundial de petróleo, la cuenca del Mar Caspio, que posee una fuerte proporción de lo que sobra, y los países del Asia Central. Este es el nuevo centro de conflicto y lucha mundial, y la administración Bush está decidida a que los EEUU controle y domine esta área crítica.

Hasta ahora, las regiones periféricas de Eurasia eran la base del poder de EEUU, mientras en las regiones central-sur había sólo una modesta presencia de fuerzas norteamericanas. Sin embargo, desde el fin de la Guerra Fría, el realineamiento militar prioritario de EEUU ha causado el retiro de las fuerzas americanas en el Este de Asia y Europa y el reforzamiento de fuerzas en la región centro-sur. Las bases de EEUU en Europa se han estado cerrando, mientras se establecen nuevas bases militares en el área del Golfo Pérsico y en Asia Central.

Es importante anotar que este es un proceso que comenzó antes del 11/9. El 11 de Septiembre dio un empujón a este proceso y produjo un mandato popular, pero esto fue enteramente casual, desde el punto de vista de los estrategos norteamericanos. Fue el Presidente Clinton quien inició el establecimiento de lazos militares con Kazajstán, Uzbekistán, Georgia y Azerbaiyán, y quien construyó la capacidad de EEUU para intervenir en el Golfo Pérsico y el área del Mar Caspio. La victoria militar en Irak no fue la victoria de Wolfowitz y Rumsfeld, fue Clinton quien hizo esta victoria posible.

La Guerra contra Irak fue lanzada para proveer a los Estados Unidos con una posición dominante en la región del Golfo Pérsico, y servir como punta de lanza para futuras conquistas y afirmación de poder en la región. Fue apuntada tanto contra China, Rusia y Europa como contra Siria e Irán. Es parte de un largo proceso de afirmación del poder dominante de EEUU en la zona central-sur de Eurasia, en el área decisiva (heartland) de este mega-continente.
Pero,¿por qué específicamente ahora el área de Golfo Pérsico/Mar Caspio? En parte, esto es así porque aquí están localizadas las mayores reservas de petróleo-aproximadamente el 70 % de las reservas conocidas. Y usted tiene que pensar en el petróleo no justamente como fuente de energía -aunque esto es importante-sino como fuente de poder. Como lo ven los estrategos de EEUU, quien quiera que controle el petróleo del Golfo Pérsico, controla la economía del mundo y, con ello, tiene la última palabra frente a todos los poderes competidores.

En septiembre de 1990, el entonces Secretario de la Defensa Dick Cheney, dijo en el Comité de Servicios Armados del Senado que Saddam Hussein podría adquirir una “capacidad de estrangulamiento” sobre los EEUU y la economía mundial si capturaba los campos petrolíferos de Arabia Saudita junto con los de Kuwait. Esta es la principal razón, testificó, de por qué los EEUU debía enviar tropas al área para repeler a las fuerzas de Huissein. Cheney usó casi el mismo lenguaje en un discurso en agosto del año pasado ante los Veterans of Foreign Wars. Yo creo que en su mente está claro que EEUU debe retener una capacidad de estrangulamiento de la economía mundial, controlando esta área. Esto es tan importante, en la visión de la administración, como retener las ventajas de América en tecnología militar.

En diez años más, se espera que China sea totalmente dependiente del petróleo de las áreas del Golfo Pérsico y del Mar Caspio. Ese es el petróleo que necesita para sostener su crecimiento. Europa, Japón y Corea del Sur estarán más o menos en la misma posición. El control sobre el grifo del petróleo pudiera parecer una caricatura, pero es la imagen que ha motivado a la política de EEUU desde el fin de la Guerra Fría, y ha ganado todavía más prominencia en la administración Bush-Cheney.

Esta región es también la única área del mundo en donde chocan los intereses de todos las grandes potencias putativas. En el área del Mar Caspio, fuertemente disputada, Rusia es una potencia en expansión, China es una potencia expansiva, y los EEUU, igual. No hay ningún otro lugar del mundo como este. Ellos están luchando unos contra otros consciente y activamente. La administración Bush está decidida a dominar esta área y a subordinar a estos dos rivales potenciales y prevenir que formen un frente común contra los EEUU. (Para más detalles sobre la lucha emergente por el poder en la cuenca del Mar Caspio, vea mi trabajo, Resource Wars: The New Landscape of Global Conflict [Henry Holt/Metropolitan, 2001].)

Entonces.¿cuáles son las implicaciones de este rediseño de la estrategia geo-política de EEUU hecha posible por la derrota en la URSS en la Guerra Fría? Obviamente es demasiado temprano para extraer cualquier conclusión definitiva sobre esto, pero algo puede decirse. Primero, Irak es sólo el comienzo de una empuje de EEUU en esta área. Veremos más expresiones y extensiones del poder de EEUU en la región. Esto provocará resistencias y oposición auto-consciente a los EEUU de parte de regímenes y grupos insurgentes. Pero los EEUU también llegará a estar enredado en conflictos locales que comenzaron mucho antes de la entrada de América en la región. Por ejemplo, el conflicto entre Armenia y Azerbaján, y el de Abjazia y Georgia -ambos con una historia larga-vendrán a impactar en la seguridad de EEUU a medida que Estados Unidos llegue a ser dependiente de las cañerías trans Caucásicas recientemente construidas.

 Las guerras afganas y chechenias continúan y dan su clasificación a la región. En todas esas disputas es bien posible la ocurrencia de intervenciones directas o indirectas, abiertas o encubiertas de los EEUU y de otros poderes contendientes.

Creo que estamos en los comienzo de una nueva Guerra Fría en el Centro sur de Eurasia, con muchas posibilidades para crisis y explosiones, pues en ninguna otra parte del mundo están Rusia y China tan directamente comprometidas y apoyando grupos y regímenes que se oponen a EEUU. Aún en el climax de la Guerra Fría, nunca hubo algo comparable a esto. Las tropas americanas se quedarán ahí por largo tiempo, con un alto riesgo de violentos encuentros y el potencial de grandes sufrimientos humanos. ¡Pareciera entonces que el movimiento por la paz internacional y en EEUU tiene por delante bastante trabajo!


Trad.F.García para Globalización, Revista de Economía,Sociedad y Cultura